El peligro para la Mujer aumenta, la problemática que México no quiere ver.

El tema que hoy nos ocupa es algo urgente y crucial. Para entrar en contexto recordemos las siguientes dos nombres: ” Andrea Torres” estudiante de Psicología, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, de 20 años de edad.  Fue denunciada como desaparecida por sus familiares y amigos por redes sociales, al parecer habían perdido contacto con la joven desde las 16:00 hrs. Del 13 de Junio, esto la semana pasada.

Pero si volvemos un poco más el tiempo: en 2017 recordaremos el nombre de Saraí Ávila Arellano, el cual abundaba nuestras redes sociales, periódicos locales y nacionales, Saraí fue denuncia como desaparecida, lo cual dio origen a un Carpeta de Investigación en la que cabe mencionar que no se ha terminado el paradero de Saraí, ni el esclarecimiento de los hechos.

Y podría seguir citando muchos más casos donde mujeres de todas las edades han desaparecido. Esta es una problemática ética en la cual se debe poner mucha atención, energía, y no solo en las tristes y crueles desapariciones, también en todos los matices de esta problemática tan compleja. Esto no es un tema que tenga una fecha de caducidad, por el contrario debe mantenerse en la opinión pública.

Mucho hay que decirse sobre el actuar correcto y/o erróneo de nuestra Policía;  la FGE  del estado durante las investigaciones así como el contante problema de las dilaciones a veces generadas por el exceso de trabajo y falta de personal. Por otro lado nos pesan los atinados comentarios y otros completamente innecesarios o fuera de lugar por parte de nuestros gobernantes, funcionarios y algunos líderes de opinión.  Un ejemplo claro, son las palabras del el Gobernador de Puebla  M. Barbosa, en una conferencia pública, en donde declaró:

¨La desaparición de personas de personas independientemente del sexo es un tema que alarma todos¨

¨… habido casos en donde la Policía Ministerial ha encontrado a las personas declaradas desaparecidas, pues con su novio pues por ejemplo¨

Si bien es cierto que este no es un problema exclusivo de un género no menos cierto es lo que muestran las cifras del Registro Nacional de personas desaparecidas y no localizadas, desde el 1 de diciembre del 2018 al 31 diciembre 2019, en México se reportaron 5184 personas desaparecidas, de las cuales el sexo femenino cuenta con 1227 en la lista. En el estado de Puebla hasta ese momento, las mujeres desaparecidas sumaban un número de 173, formando parte de los cinco estados donde se concentran el 49% de las desapariciones de mujeres.

No porque existan porcentajes, en dónde podemos observar que el sexo femenino aparentemente se encuentra en menor riesgo de formar parte de las cifras de desaparecidos, se tiene que menospreciar, porque en un país donde mueren 10 mujeres asesinadas por día, el que esta cifra de mujeres desaparecidas vaya en aumento es motivo de pena y vergüenza, denota qué es un peligro creciente que prontamente debe ser atendido.

La Doctora Claudia Pedraza académica e investigadora de la Universidad de La Salle, Especialista en género, afirma que en México ha aumentado las desapariciones de mujeres, feminicidios  y siguiere que el gobierno implemente medidas de atención urgentes como un incremento de recursos para la atención de ese tipo de violencia con acciones de prevención y sanción. Para la experta, la violencia aumenta en el país por múltiples factores entre ellos que el sistema no frena las agresiones contra ellas, menciona también que esta problemática que debe ser atendida por los tres niveles de gobierno, esto lo manifestó mediante el artículo  publicado el 8 de marzo en la página de Expansión Política.

Sin duda es sustancial la aplicación  de  Políticas Públicas sobre los temas de  desaparición, violación,trata de personas, feminicidios y violencia de género. Pero la  importancia que como individuos le debemos de dar debe ser constante, en muchas situaciones nuestra sociedad por idiosincrasia por ideas que devienen de costumbre llegamos a ser indiferentes cuando una situación así se presenta. Claro, cuando una amiga, familiar se encuentra en un problema si atendemos, apoyamos, alzamos la voz incluso en ocasiones hasta decidimos tomar acciones físicas, atribuyéndonos facultades que no nos corresponden, pero las hacemos con la “mejor intención”.

El problema radica  cuando no conocemos y no tenemos ninguna relación con aquella afectada es ahí donde brilla nuestra falta de interés y resalta nuestra indiferencia y peor aun cuando nosotros mismos formamos parte de este problema, dígase; compañero, novio,  jefe, esposo amigo. Donde nos excedemos desde nuestros comentarios o actitudes, con una desconocida o incluso en nuestra propia familia a veces fomentamos el machismo y la violencia, incluso mediante redes menospreciando un hecho, porque por muy mínimo que parezca una palabra, acción termina o actitud puede tener un gran impacto negativo en una persona y a la sociedad en general por normalizar comportamientos de  ideas añejas.

Hoy la joven Andrea Torres no forma parte de la estadística NO ENCONTRADAS y seguramente asustados por el trago amargo su familia hoy más alegre no está llorando a una desaparecida o a un cadáver, ahora Andrea se encuentra en su casa, aunque no se conocen muy bien las circunstancias, fue localizada y Aparentemente no hay hechos que lamentar, a diferencia de la triste situación de Saraí, recordando que han transcurrido 3 años de su desaparición.

No podemos imaginar la situación específica de SaraÍ, Andrea y toda mujer que a paso por esta situación,  no sabemos lo que sufrieron o pensaron y mucho menos  las circunstancias, no nos corresponde a nosotros juzgar criticar ni restarle importancia a una noticia, publicación donde se hable sobre una mujer, niña o adolecente desaparecida o violentada, si esto no es un problema particular de un género,  sin embargo retomando la idea de la Doctora Claudia Pedraza, la situación es algo que se tiene que atender hoy y pronto, el aporte que como individuo y sociedad podemos brindar es crucial, para prevenir corregir. Claro que tenemos el derecho de exigir a nuestro Ejecutivo que de importancia a las estadísticas ya qué más que números son nombres y brinde los recursos necesarios, a nuestro Legislativo que haga las reformas que considere con razón y  congruencia basadas en el derecho para endurecer nuestro sistema penal y procesal y a nuestro sistema judicial que aplique  con fuerza  y firmeza la ley, con el debido proceso para que quien incurra en este tipo de delitos, no tenga las salidas que la de un tecnicismo derivado de un error.

Pero también tenemos la obligación que  desde nuestro juicio personal, tomemos acción correspondiente porque nunca sabemos cuándo una palabra,  compartir un volante,  ser empático y el simple hecho detenernos a pensar antes de actuar y hablar , puede ayudar a combatir esta problemática tan seria y triste, porque un país en donde sus años de oro en el cine fue catalogado como un país de machos, de dominio y de sometimiento a las mujeres donde prepondera la idea errónea de la superioridad en razón de género, el problema deviene de la misma moral juicio y criterio e idiosincrasia de nuestra población en general.  Por lo tanto para empezar a corregir este lamentable problema nos tenemos que replantear de manera individual los errores que estamos cometiendo y en razón de ellos buscar mejorar antes que sea demasiado tarde, hasta que las preciadas estadísticas nos hagan ver el error que cometimos.