“Hablar en público y hablar bien es un privilegio, pero al mismo tiempo es una responsabilidad”.
José Muñoz Cota
El 26 de mayo de 2015, se publicaba en el Diario Oficial de la Federación el Decreto que reconocía al Primer viernes de marzo de cada año como el día Nacional de la Oratoria. Cabe destacar que este logro fue posible, gracias a la iniciativa del diario “El Universal” y desde entonces, año con año en nuestro país se ha conmemorado en este día al arte de la palabra, a la oratoria.
Desde la antigua Grecia, la oratoria era considerada como el instrumento a través del cual se lograba alcanzar prestigio y poder político. Sócrates y Demóstenes fueron los máximos exponentes en este arte de la palabra, posteriormente en Roma Marco Tulio Cicerón se encargó de perfeccionar la oratoria con los grandes discursos que pronunciaba. Ahora bien, a lo largo de la historia han existido un sinfín de oradores que han roto los paradigmas a través de grandes discursos, destacan Abraham Lincoln, Mahatma Gandhi, John F. Kennedy, Martin Luther King, Ronald Reagan, Barack Obama, por mencionar solo algunos. Aunque también hay mujeres que han destacado a través de la historia en el arte de la palabra, lamentablemente muchas de ellas son poco conocidas debido a que la desigualdad de género estaba latente en la oratoria, Cleopatra, Marie Curie, Eva Perón, Rosa Parks, Margaret Thatcher, Malala Yousafsai, Hillary Clinton, Kamala Harris, son solo algunas de las mujeres que han destacado en el arte de la palabra.
Por otro lado, nuestro país también ha sido cuna de grandes oradores, han destacado personajes como, Antonio Caso, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Andrés Serra Rojas, Justo Sierra, Belisario Domínguez, Luis Cabrera, Vicente Lombardo Toledano, José Muñoz Cota, entre otros, que han puesto el nombre de México en alto gracias a la habilidad que tenían para convencer, persuadir y conmover a través de los grandes discursos que en su época pronunciaron, que quedaron para la posteridad y que son un gran legado para las y los jóvenes oradores de hoy en día.
El hecho de que hoy podamos conmemorar el día Nacional de la Oratoria significa un verdadero triunfo para la juventud mexicana. Este suceso representa un paso más en la recuperación de los espacios que como jóvenes nos pertenecen y en los que poco a poco hemos logrado que nuestras voces sean escuchadas. Gracias a que cada día hay más jóvenes interesados en subir a una palestra y tomar la palabra, es que se han logrado cambios importantes para nuestra sociedad que nos han beneficiado. Y es que la oratoria desde la antigua Grecia, sin duda alguna, nos ha demostrado que es ese medio, más no el fin, para lograr alcanzar todos aquellos objetivos que tengan como finalidad una transformación en el entorno que vivimos. Las y los jóvenes en México que hacen uso de su voz para expresar su descontento y ese deseo de cambio nos recuerdan que como decía Salvador Allende, el ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.
Cada vez que pronunciamos un discurso es una oportunidad de sembrar en el público la semilla de la inquietud, de la concientización, del inconformismo, es tener la posibilidad de honrar a todos aquellos oradores que nos han precedido y a la vez dejar nuestro legado para todas las generaciones de oradores que vendrán después de nosotros. El arte de la palabra no solo debe conmemorarse un día, a diario tenemos la obligación de exigir que nuestras voces sean escuchadas en todos esos espacios que por derecho nos corresponden, las y los jóvenes jugamos un papel importante que se traduce en un porcentaje de población de aproximadamente 30.7 millones de jóvenes según el INEGI, y esta cifra significa que los jóvenes ya no somos el futuro, somos quienes vamos a transformar nuestro presente en un país más justo, más equitativo, más solidario, en el que como decía Solón de Atenas, las palabras sean el espejo de la acción.
