“Soy de la idea de que, por haberme iniciado como periodista, voy a ser periodista hasta que me muera. Y debo decirle que para mí la decisión de dar el paso del periodismo a la literatura fue algo aterrador. ¡Como saltar encima de un precipicio y llegar al otro lado!”
Elena Poniatowska
En días anteriores se daban a conocer las cifras y porcentajes que el 2020 dejó en nuestro país, con ello pudimos percatarnos que en el año que terminó no solo miles de personas perdieron la vida a causa de la pandemia de COVID-19, desafortunadamente para nuestro país este año estuvo marcado por diversos incidentes que tuvieron un incremento, como la inseguridad y el índice de los asesinatos. Es así que, como ejemplo de lo anteriormente mencionado, se dieron a conocer los datos que expone el Comité para la Protección de Periodistas, lamentablemente la cifra de periodistas asesinados en todo el mundo aumentó en más del doble en 2020 con respecto al 2019, se estima que al menos 30 periodistas fueron asesinados globalmente, de esa cifra, 21 fue por situaciones laborales, pero la cuestión aquí es que México, Afganistán y Filipinas registraron las mayores cifras.
Sin embargo, esto no termina aquí, hay otra cifra que es alarmante, al menos cinco periodistas mexicanos fueron asesinados el año pasado, sin embargo, el Comité está investigando la causa de al menos otros cuatro periodistas muertos, aunque hay que destacar que otras organizaciones o instituciones tienen el registro de cifras mucho más altas, como es el caso de Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, el cual menciona que al menos 19 periodistas fueron asesinados.
Teniendo en cuenta estos números, la triste realidad es que para aquellas personas que se dedican a la profesión del periodismo, su vida está en constante riesgo. Y esto no es nuevo, desde hace muchos años México ha sido un país muy peligroso para aquellos que se desempeñan como periodistas. Nos encontramos en un país donde informar con la verdad es firmar una sentencia de muerte y las cifras oficiales arrojan que desde el 2000 al 2020, un total de 126 periodistas fueron asesinados en relación a su labor periodística.
Es así que hago la siguiente reflexión, ¿en qué momento el ejercer el derecho de libre expresión, el informar con la verdad sobre lo que acontece en nuestro país, se convirtió en un motivo más para perder la vida? Nuestra Constitución salvaguarda la libre expresión, a no ser censurados, pero tal parece que para aquellos que cumplen con su trabajo de periodistas, este derecho no aplica y pagan con lo más preciado que tienen, la vida.
Parece difícil de creer, pero un estudio de CNN, coloca al periodismo en octavo lugar como una de las profesiones más peligrosas en México, siendo superado solamente por los bomberos, rescatistas, policías, ingenieros eléctricos, mineros, pilotos y constructores.
Muchos ciudadanos se quejan de que los medios en México están comprados, de que nadie informa con veracidad, pero es que aquellos que tienen el atrevimiento de decir la verdad y de no ocultar la información pagan este “crimen” con la vida. Y lamentablemente este es un mal que parece que la 4T se rehúsa a ver, y este si es un problema que nuestro país ha tenido desde sexenios atrás y que hasta hoy ningún presidente ha querido afrontar. ¿Qué está haciendo falta para que la vida de los que informan sea protegida? La única certeza es que es una completa utopía el anhelar un año en el que México no registre asesinatos de periodistas a causa de su labor.
