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Victimización Inversa

Por: Rodrigo Méndez

Sin temor a equivocarme, el pasado 20 de abril un gran número de mexicanos nos indignamos a raíz de que algunos grupos de la delincuencia organizada presumieron en redes sociales fotografías suyas entregando despensas, aparentemente, a personas de escasos recursos para “apoyarlos” en medio de la emergencia sanitaria del Covid-19.

Me parece que, con justa razón, nos sentimos de esa manera, es decir, cuando estos grupos lucran cobrando piso a los empresarios honrados, cuando ellos son los que trafican las armas con las que se ha derramado tanta sangre en nuestro país y también se dedican a la trata de personas, ¿cómo es posible que se autoproclamen “apoyo del pueblo”? hasta pareciera un mal chiste.

Por otro lado, me parece conveniente que nos preguntemos dónde ha sucedido este fenómeno. Para esto, algunos medios de comunicación nacionales lo han reportado en diversos estados como Chihuahua, Jalisco, San Luis Potosí, Zacatecas, Nayarit, Michoacán, Tamaulipas, Colima y Guanajuato. Ahora bien, El Universal especificó algunos municipios de San Luis Potosí y, después de hacer un pequeño análisis comparativo con los índices de pobreza que presenta el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), me di cuenta que el promedio de pobreza de los municipios de este estado donde repartieron las despensas es de 65.9%.

Dicho lo anterior, vale la pena mencionar que su objetivo es generar un vínculo de empatía con las personas para que, posteriormente, sean ellas quienes los defiendan ante las fuerzas de seguridad, sean policías o militares. Dicho en otras palabras, ahorita les dan despensas para que después, como “gesto de agradecimiento”, sean su escudo contra el Estado. Yo le llamo victimización inversa.

El problema de lo anterior es que ponen en entredicho a la policía y las fuerzas armadas porque claramente no abrirán fuego a la población por cuestiones de derechos humanos, pero si esto llegara a pasar, todos estarán listos para grabar “los abusos” del gobierno. Un ejemplo de esto es lo sucedido en Tlahuelilpan hace poco más de un año, pero creo que está de más detallar en cómo terminó aquella tragedia. Qué cosas, ¿no? .

Para ser sincero, algo que me preocupa es que las personas en verdad idealicen y visualicen a los grupos de la delincuencia organizada como un apoyo que sustituya al “mal gobierno” y se materialice en el escenario donde al delincuente se le respeta y ayuda, mientras que a la autoridad se le ignora y violenta. Algo parecido al fomento de una cultura criminal sistemática.

Bajo esta perspectiva, lo que más me frustra es que las personas que fomentan esta cultura no visualizan que detrás de “su apoyo”, ya sea en despensas o como sea, está la muerte de miles de personas, entre los que se encuentran policías y militares que dieron su vida para lograr un país seguro, por un México en el que sus hijos e hijas no tuvieran miedo de salir a las calles y pudieran vivir plenamente. Ellos son los verdaderos héroes.

Mi punto es que lo único que hicieron fue evidenciar de manera pública su hipocresía y burla hacia todos los mexicanos que fueron víctimas de la violencia del crimen organizado y para los que aún creemos en el Estado democrático de derecho, así como en una cultura de paz como eje de la seguridad humana.

¿Y usted qué opina?

 

Foto de: Milenio

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Un Comentario

  1. Es una crítica bastante buena, y que gusto verte perseguir tus metas amigo, deseo que te vaya muy bien en la vida y logres lo que un día me platicaste, te mando un abrazo.

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