Trastornos psiquiátricos por Covid-19 pueden ser la próxima pandemia
“La población en general va a quedar afectada por muchos años a nivel emocional": Psiquiatra
Factores como el aislamiento social y las pérdidas afectivas o laborales, están impactando considerablemente la salud mental de gran parte de la población, por lo que especialistas advierten que los trastornos psiquiátricos podrían ser la próxima pandemia.
Covid-19 amenaza a la salud mental
En entrevista con Latinus, el médico psiquiatra David López, de origen mexicano, adscrito al Hospital Presbiteriano de Nueva York, asegura que “la población en general va a quedar afectada por muchos años a nivel emocional por lo que está ocurriendo. Una parte desarrollará enfermedades mentales (…) que en psiquiatría llamamos síndrome de estrés postraumático, como sucedió en Europa, durante la segunda guerra mundial.”.
La doctora Margarita Reyes, psiquiatra, especialista en sueño, adscrita a la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto de Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), explica que en México, el nivel de afectación a la salud mental de la población es muy alto. “En primera por los cambios que ha habido en el estilo de vida. La gente pasa mucho tiempo encerrada en sus casas. Estos cambios pueden incrementar la adrenalina en el cuerpo, y esta reacción, sostenida por mucho tiempo, provoca enfermedades como insomnio, ansiedad y depresión”.
De acuerdo con la doctora Reyes, el insomnio es en estos momentos es la enfermedad mental más frecuente. “La población en México no está durmiendo bien. Una encuesta reciente, realizada a mediados de abril por el INER, en conjunto con la Academia Mexicana de Medicina del Dormir, A.C., aún no publicada, arrojó que la prevalencia de insomnio en el país es de casi 70 por ciento, cuando antes de la pandemia era de alrededor de 30 por ciento”.
El doctor David López comenta que las enfermedades mentales de mayor prevalencia, en tiempos de coronavirus, son ansiedad y depresión.
Señales de Alarma
No todos los problemas psicológicos que se presentan pueden calificarse como enfermedades, puntualiza el doctor López, que también es profesor en las universidades de Cornell y Columbia, en Nueva York.
“La tristeza, la soledad, la irritabilidad y la angustia, son síntomas o reacciones emocionales normales. Por ejemplo, si una persona lleva dos meses encerrada… y se siente sola, pues es una reacción que corresponde a una realidad… El problema – dice – es cuando ya hay una parálisis de la capacidad para seguir funcionando correctamente en actividades cotidianas, como simplemente bañarse. En el caso de las personas deprimidas, estas se aíslan, les es difícil concentrarse, comer, dormir. Lloran, se sienten vacías y pierden interés en todo… Si hay una parálisis, es el momento de pedir ayuda”.
El doctor López, quien vive desde hace 24 años en Nueva York, advierte que el impacto del Covid-19 en la salud mental de la población ha sido tan profundo que ahora el problema es ayudar a la gente a salir de sus casas.
“En Nueva York, donde ha empezado la reapertura, muchas personas están en un estado de ansiedad o depresión porque creen que la situación es peor que hace dos meses y quieren permancer dentro de sus casas, porque ahí se sienten más seguras. Están petrificadas y no están pudiendo retomar sus actividades. No quieren ni siquiera ir al parque por miedo al contagio”.
Personal de Salud, los más vulnerables a problemas de salud mental
“Ningún grupo se salva, todos, desde niños hasta ancianos, en mayor o menor medida, están siendo afectados a nivel emocional. Sin embargo, los grupos más vulnerables a las enfermedades mentales son aquellos que enfrentan situaciones de peligro, como los profesionales de la salud, los bomberos, los policías y, sobre todo, el personal médico que está siendo sometido a un gran estrés”, considera el doctor López.
Las Jornadas extenuantes, la saturación de hospitales, la falta de materiales y personal para luchar contra el coronavirus, el miedo de contagio a si mismos y a sus familias, más el confinamiento, están causando estragos en la salud mental de los trabajadores de la salud, sobre todo de los médicos. “…Estas conductas de riesgo derivan generalmente de trastornos psicológicos. Entonces muchos médicos están físicamente enfermando, muchos se están muriendo y algunos, incluso, han llegado al suicidio”, agrega.
El pasado 28 de abril diversos medios de comunicación dieron a conocer el suicidio de la doctora Lorna Breen, ocurrido dos días antes. La doctora tenía 49 años, dirigía el departamento de emergencias del Hospital Presbiteriano en Nueva York. Trabajó durante semanas en la primera línea de batalla contra el coronavirus, fue infectada, se recuperó, volvió a su trabajo, el hospital la envió a su casa, y tras pasar unos días con su familia se suicidó.
La doctora Breen, dijo su padre a los medios, no tenía antecedentes de enfermedad mental, por lo que la familia estaba sorprendida de su suicidio. A partir de este, comenta el doctor López, algunos médicos empezaron a plantear “la posibilidad de que el coronavirus, además de afectar los sistemas respiratorio e inmunológico, pudiera afectar áreas específicas del cerebro, haciendo a los individuos más vulnerables a problemas emocionales. Esto se ha empezado a estudiar y podría ser otro aspecto de esta enfermedad que aún no conocemos”.
Los médicos no están preparados para ver morir tanta gente
La doctora Reyes considera que la salud mental de los médicos está siendo afectada en gran medida porque “los médicos no estamos preparados para ver morir a tanta gente. La realidad es que en los hospitales la gente se está muriendo, sin que se pueda hacer mucho”.
El martirio del personal médico, comenta la doctora Reyes, empieza con el uso del equipo de protección personal. “Es muy desgastante ya que deben usarlo por lo menos durante ocho horas. Almacena mucho calor, los goggles aprietan y duele la cabeza, y no se puede respirar bien. A eso se suma la saturación de hospitales, donde el médico debe decidir si un paciente se ingresa o no, y es muy difícil decirle al paciente que no hay camas, sabiendo que ya está grave y que seguramente no llegará con vida a otro hospital. Además, no hay ventiladores suficientes y el médico también debe determinar a quien se le da y a quien no”.
La doctora Reyes proyecta un gran número de casos de estrés postraumático entre el personal médico que está actualmente en las trincheras contra el coronavirus, en México, debido a que buena parte del personal acaba de ser contratada. “Son doctores o enfermeras recién egresados, que no tienen experiencia en terapia intensiva, en el manejo de ventiladores o de bombas de infusión”.
Actualmente, en México la prevalencia de trastornos depresivos es de aproximadamente 18%, y de trastornos de ansiedad del 25%. La doctora Reyes, proyecta que las cifras de depresión y ansiedad aumentarán por lo menos al doble. “En la población médica, las cifras de depresión son cercanas al 40%. En los médicos que están en la trinchera, considero que la depresión aumentará, mínimo, 60%”.
Necesario identificar y atender los problemas de salud mental
El doctor López hace énfasis en que la estrategia contra el coronavirus debe incluir los aspectos psiquiátricos o de bienestar emocional.
Es “muy Importante que existan mecanismos para identificar signos específicos, que alerten sobre el estado mental del personal médico, como la incapacidad de funcionar. Por ejemplo, un médico que se desaparece, que no llega a trabajar, que se aísla, que deja de comer, que llega desaliñado o empieza a relajar sus medidas de protección personal. Todos esos son signos deben tener algún tipo de intervención inmediata, por parte de los supervisores o directivos de cada hospital, para evitar… situaciones extremas como el suicidio”.
Con información de: Cecilia Reynoso/Latin US