Opinión

Una posible extradición relacionada con el caso Lydia Cacho

Por: Gabriel Jiménez Pozos.

 “La extradición es el acto mediante el cual un Estado hace entrega de una persona que se halla en su territorio, a otro Estado, que la reclama por tener ahí el carácter de inculpada, procesada o convicta por la comisión de un delito”.

Estimados lectores, la semana pasada conocimos bastantes noticias de suma importancia, entre ellas se habló de la visita relámpago del Presidente de la República a Estados Unidos, del aumento de contagios y muertes por Covid-19 y también se ha comentado de dos curiosas extradiciones, la primera que corresponde al ex gobernador César Duarte detenido en Miami el 8 de julio del presente año y la segunda que versa sobre el empresario de origen libanés Kamel Nacif Borge también conocido como “El Rey de la Mezclilla”.

Sobre la segunda extradición antes citada, Nacif ha sido requerido por el Primer Tribunal Unitario con residencia en Quintana Roo, al respecto el Fiscal General de la Republica Alejandro Gertz Manero dio a conocer el pasado viernes a través de un programa radiofónico, debiéndose enfatizar que no ha sido detenido, solamente se ha localizado en Líbano, donde existe un procedimiento de extradición en su contra, sin embargo dicha declaración pudo haber sido imprudente tal y como lo manifestó la victima Lydia Cacho quien respondió en su cuenta de Twitter que había sido gracias a ella que lograron la localización del “Rey de la Mezclilla”, además de “romper el sigilo” en su caso y de esa forma ayudarle a escapar a su torturador.

¿Se puede hablar entonces de una extradición sin aún ser detenido? Si, aún sin ser detenido el procedimiento puede iniciarse, una vez que se localiza al prófugo en el extranjero debe descartarse una posible homonimia, asegurándose que es la persona de quien se trata la extradición, posteriormente se elabora una solicitud de detención provisional con fines de extradición siendo esta una medida precautoria para asegurarse de la no extracción de la justicia o en su caso una petición formal de extradición; asimismo, las solicitudes y/o peticiones formales de extradición se acompañan de los documentos que soporten las mismas.

La noticia nos hizo recordar la impactante historia que hay detrás de la posible extradición, un asunto lleno de irregularidades y diversidad de versiones.

Todo comenzó cuando la periodista Lydia Cacho comenzó a darle seguimiento a una denuncia de una menor de edad por acoso sexual, comenzaban así sus investigaciones y trabajo periodístico que plasmaría en su libro denominado “Los Demonios del Edén”, en el cual se realizaban fuertes acusaciones en contra de Jean Succar Kuri, empresario que vivía en ese entonces en Quintana Roo, se vinculaba también a su amigo el empresario Kamel Nacif Borge en una red de pederastia y pornografía infantil.

Kamel Nacif tomó entonces acciones legales y otras que probablemente no lo fueron, en contra de la periodista, fue entonces cuando se giró orden de aprehensión en contra de la activista Lydia Cacho quien se encontraba en Quintana Roo, fue en ese estado donde la detuvieron el día 16 de diciembre de 2005, a cargo de 3 hombres que se identificaron como oficiales de Puebla, se le acusaba de difamación y calumnia; para fortuna de la periodista, colaboradores de ella estuvieron pendientes de lo sucedido desde ese momento sin embargo fue trasladada a Puebla, vía terrestre, en un trayecto de varias horas, fue durante este lapso y cuando la envían a los separos en donde la periodista se queja y manifiesta haber sufrido tortura, violencia psicológica, amenazas, incluso mencionó en su documental titulado como su libro que quisieron violarla, autoridades contradijeron su dicho lamentando que la periodista diera una versión falsa.

En el documental “Los Demonios del Edén” hacen referencia que el 14 de Febrero de 2006, llegó a manos de gente cercana a Lydia, un sobre con un CD, sin conocer la procedencia de dicho dispositivo, en este se encontraban grabadas conversaciones, entre ellas de Kamel Nacif y Mario Marín Torres, en las cuales denotaba una amistad entre ellos e involucraba directamente al gobernador con el caso de la periodista, conversaciones de las que fue exhibido y cuestionado, de forma directa por diversos medios de comunicación.

Las grabaciones de las conversaciones publicadas estaban dotadas de ilegalidad pero permitían conocer bastantes factores sobre la detención de la activista, la celeridad de su aprehensión presumía la amistad y corrupción, lo anterior generó mayor credibilidad a la versión de Cacho y un costo político acompañado de desprestigio para el entonces gobernador.

Los problemas y noticias sobre el caso de Lydia Cacho tomaron relevancia a nivel nacional e internacional, tanto que llegó a conocerse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y fue comentado por varios organismos internacionales que mostraron su apoyo para la periodista.

Aunque muchos pensaban que este asunto estaba en el olvido ha retomado la atención, actualmente existe un juicio por el delíto de tortura en contra de varios involucrados entre ellos el exgobernador Mario Marín Torres y el empresario Kamel Nacif que ahora sabemos puede ser extraditado.

Esperemos que el comentario del Fiscal Alejandro Gertz Manero sobre la localización del empresario en Líbano y el procedimiento de extradición en su contra no haya sido demasiado precipitado o en su defecto imprudente y haya sobre alertado a quien no debía.

 

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