Opinión

¿Qué vale más, estar de acuerdo o no estarlo?

Por Erick Morales.

Valientes afirmaciones son aquellas hechas por quienes osan dudar de los otros datos para buscar una visión más amplia, pues la información a manera de comparación, funciona como el experimento de Isaac Newton, para comprender el arcoíris. Dicha información ha sido entregada a través de los portales de transparencia, vehículos motores del cumplimiento del artículo 6 constitucional, permitiéndonos tener un punto de partida, siendo un filtro por el cual, detectamos ciertos “elementos” focos de atracción, captándonos o generando un ruido social por estar en tópicos específicos, en determinados sectores esenciales.

Siguiendo ello, la información proporcionada debe ser puesta a prueba ante los ojos de todos otorgando pluralidad de opiniones, sean contras, pro, divergentes o sumativas, en las pequeñas columnas o grandes noticieros o en portadas de las más importantes revistas o fijadas en los perfiles más visitados, desde los pequeños y grandes contratos o discursos hechos por los sujetos que personifican los poderes en los cuales el estado fue dividido o por quienes gozan de las otras formas de poder, hasta como se relacionan unos con otros y su trasfondo. A pesar de las buenas intenciones de hacerlo, surgen los intereses, a no hablar o indagar sobre estos temas.

Situaciones así, las hemos visto a lo largo de la historia, en diversos puntos y con política diversa, o en el caso particular de México, con otros colores. Esto mismo, motivó la ubicación de los reporteros, periodistas y defensores de derechos humanos en grupos de riesgo o de mayor susceptibilidad ante la violación de derechos humanos, víctimas de personas en una situación de ventaja, a nivel poder-impunidad, puesto que la información, labor de análisis, investigación y difusión, parece o le son incómodos, al evidenciar aquello, tratado como secreto o la verdad incómoda del origen o tratamiento de los hechos. Vistos en diversos sexenios, sea federal o local, ahora con la propuesta del diputado local Eleazar Rubio Aldaran, de la Cuidad de México, al reformar los artículos 214 y 215 del código penal de dicho estado, en sus palabras “… Su labor (de los periodistas) es exclusiva de informar, no realizar investigaciones o diligencias para resolver una carpeta investigación (…) Su trabajo es el de investigar lo que hace la representación social en la carpeta e informarlo, siempre y cuando no afecte la investigación, y la información debe ser veraz…” si bien , en su fondo esta misma trata de establecer un filtro de “especial atención” a lo que se publica o el motivo por el cual fue publicado, tratando de controlar con “todo el peso de la ley” las opiniones o percepciones de las cosas. La propuesta antes dicha por el citado diputado local, tal vez, buscaba, no ser víctima de un linchamiento digital por acciones cometidas, si estas salen a la luz.

En contraposición al sentido que desea darle el diputado, hemos de recordar el caso de la periodista Lydia Cacho, quién en el 2004 expuso con su libro “Los Demonios del Edén”, una de las más grandes redes de trata infantil y pederastia entre dos empresarios de gran talla, ayudados por el entonces Gobernador de Puebla, frustraron y violentaron los derechos de dicha periodista, tal situación llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual, en la decisión de aplicar su facultad de investigación, mediante votación, tomó el “no” realizar alguna indagatoria sobre el caso protagonizado y sufrido por el hecho de compartir información recabada para hablar sobre tan terribles temas, y aquellos involucrados. Años más tarde, fue amparada, sobreponiendo la libertad de información al derecho a la intimidad, pues este último pasa a segundo término, cuando la divulgación de la vida privada se justifica, al rayar en temáticas de interés público, ya que los delitos cometidos por ellos y otros agregados, es de máximo interés, en este sentido, debido a los sujetos víctimas -niños, niñas y adolescentes, sujetos pasivos de la pederastia y la prostitución infantil-  de los hechos, los cuales tuvieron lugar en el tiempo antes, durante y posterior a la publicación de tan desbordante investigación. Dicha situación, siguió hasta nuestros días, después de la colaboración de la EUROPOL(Oficina Europea de Policía), INTERPOL (acrónimo de Organización Internacional de Policía Criminal) y la periodista cita, ubicaron a uno de los implicados, en lesión a sus derechos, en su país de origen; empero, gracias a las actuaciones del Fiscal General de la República, Gertz Manero “echó a perder la investigación de meses” (palabras de la periodista)  ya que ella y las organizaciones citadas lo ubicaron en Líbano, la dependencia a cargo del fiscal, únicamente, confirmó la presencia del acusado en ese país, sin arrestarlo, dándole la oportunidad de escapar. En palabras de Lydia Cacho señala lo siguiente “Llamé directamente a la fiscalía de libertad de expresión y a la gente de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación. A los dos encargados de revisar mi caso. Ambos dijeron que efectivamente no fue detenido Kamel Nacif, que no entienden porqué el Fiscal General de la República se atrevió a romper el vigilo del caso y a exhibir toda la estrategia que estábamos haciendo con Cancillería desde hace meses”.

Este ha sido uno de los tantos casos, en que los poderes facticos hicieron presencia, tratando de silenciar una voz, la cual, compartió información de sensibilidad para los perpetradores de dichas conductas, cabe destacar el trabajo hecho para no entorpecer las investigaciones en tránsito de ser realizadas por aquellos funcionarios encargados o asignados a estas, como fue el caso de su libro, cambiando los nombres, usando seudónimos y poniendo cintillas negras para cubrir parte del rostro en las fotografías usadas.

En adición, habrá gobiernos, agentes privados o instituciones, por citar algunos, los cuales, hayan optado por comprar notas, que funcionen como vehículos de aumento en los números de popularidad, aceptación, propaganda o señalando lo bien del actuar, evitando hablar sobre los grandes tropiezos o falta de visión en lo actuado, incluso, quienes paguen una mayor cantidad por la no publicación de una información sensible o con la posibilidad de desbalancear su imagen ante las sociedades, la cual, puede verse muy desmejorada o pérdida de las buenas opiniones o sumando de manera negativa aquellas aun tendientes a tomar una postura, significando un gran revés o un pequeño “descalabro”, en relación a los pronósticos electorales tomando a ejemplo los tiempos venideros. Sin embargo, el valor que guarda tener puntos distintos y hacerlos públicos, se ve opacado por el riesgo relativo en determinadas zonas, sean dominadas por un grupo o por otro, pueden generar desapariciones forzadas, pues en otras latitudes, han transformado sus legislaciones para facultar el uso de la fuerza contra grupos, los cuales denomine o catalogue de “terroristas” o “contrarios al régimen” propiciando la comisión de este delito de lesa humanidad.

En estos días hemos visto como seguimos las ideas de “Linchamiento Digital” título de un brillante libro, de la autoría de la Maestra Ana María Olabuenaga, trasladados a un medio oficial, al referenciarse a las “mañaneras”, propio monólogo, con tintes finales de preguntas, usando tiempo “muerto” de las televisoras para informar de las temática nacional, cabe hacer el recalque de ser la única en su especie por el hecho de no ser dada, de forma exclusiva, en representación del jefe del poder ejecutivo, siendo él quien sale a hablar y la única a nivel internacional; sin embargo, en vez de funcionar como un espacio dedicado a informar y compartir datos necesarios para la sociedad se ha convertido en “avisos parroquiales” plagados de tintes morales, a veces religiosos, comentarios fuera de lugar, desafortunadas contradicciones, posverdad y generador de dudas, llegando a caer en “las únicas cosas que se deben hablar son aquellas que apruebo yo”, poniendo en duda la información sobre los impactos ambientales y derechos de las comunidades originarias por la creación del Tren Maya, uno de los pilares de su administración, señalando como opositores a quienes ven de otra forma este proyecto. Claro que se puede dudar del trasfondo al brindar información, pero las condiciones específicas y daños a futuro derivado de un proyecto semejante es latente, tal como fue el caso señalado por los pobladores cercanos a la presa Chicoasén y en el proyecto de construcción de la segunda de estas, en sexenios pasados. ¿Realmente son opositores, quienes señalan fallas en la planeación, así como daño ambiental, hídrico y arquitectónico? A su vez plantear, mediante sentimientos genera la empatía aunado al uso de determinado lenguaje enfocado a motivarlo, pero ¿La información que necesitamos o queremos escuchar son datos fuera de todo sentimiento o pre-narrados de un fervor que llena hasta el punto más recóndito del ser, avivando cual fuego al mental, la sangre para poner de manifiesto aquellos sentimientos o información desglosada con un análisis profundo?

Parte de esto, nos lleva a pensar, si la objetividad o critica es posible cuando al compartir ello, tu vida, trabajo, educación, carrera deportiva, reputación como divulgador o cualquier otra, depende de mantener en silencio aquellos “otros datos” los cuales nunca y bajo ningún motivo debe salir a luz, y de pasar ello pierdes todo, ya que, siempre debes mantener el statu quo construido con anterioridad o uno nuevo, producido del cambio de política. Un caso, ahora común de escuchar en el deporte mexicano es la violencia psicológica, efectuada por la entrenadora de nado sincronizado, dicha conducta ocasionó diversos traumas en las hoy ex integrantes del seleccionado nacional de dicha disciplina, mismos que no podían se trastocados ante el encargado de la salud mental del seleccionado, quien es el esposo de la entrenadora, ante esto la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), se ha mostrado al margen, evitando dudar sobre el actuar “correcto” de la encargada de esa área.

El ser crítico podría existir, si a pesar de los “apoyos dados” o acuerdos de opinión, sea capaz de exhibir la sombra de quienes los dan y cuando se apoye algún punto de vista, se contraponga a los que no están, para así, llegar a un panorama mucho más completo, sin la existencia de las represalias antes dichas. ¿Por qué la información y la crítica tienen que ser mercenarios de las esferas del poder, sean de izquierda, derecha, centro, entes públicos o privados?

 

 

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