Todas las mañanas, miles de mujeres se levantan con un sueño, una esperanza, una meta, un objetivo por cumplir, salen a las calles de nuestra ciudad, con la esperanza de llegar con bien a su destino, sin embargo, no en todos los casos esto es posible. Cada día, podemos darnos cuenta que en todos los rincones de nuestra ciudad y del país continúan desapareciendo mujeres, según cifras oficiales, el promedio es veinte por día, de las cuales, según estas cifras, el 90% no vuelven con vida.
Hoy en día, se ha vuelto muy común escuchar en las noticias, ver en los medios de comunicación, titulares y notas como: “Mujer desaparecida en Puebla Capital”, o “Ayúdanos a encontrarla”, e incluso el enterarnos sobre algún feminicidio, se ha tornado “ordinario” en nuestros días, hemos llegado al punto que como sociedad ya hemos normalizado la violencia contra la mujer, y no solo esto, hemos normalizado todos los tipos de violencia.
Cada día incrementan las cifras de mujeres que han sido víctimas de feminicidios, y es que el problema radica en que, para muchos, solo son eso, una cifra más. Los feminicidios son un problema que está latente a lo largo y ancho de nuestro país, ningún sector queda inmune de este mal que aqueja a nuestra sociedad, se han hecho marchas, solicitudes, manifestaciones, para que se haga justicia por todas las mujeres que han sido víctimas de este delito, sin embargo, con base en las cifras que proporciona la red TDT (todos los derechos para todas y todos), solo se castigan dos feminicidios por cada diez casos de asesinatos de mujeres por razón de género en México.
Y es que, en nuestro país, lo anterior sucede, principalmente, por todas las inconsistencias que existen y que no se han podido subsanar desde hace ya mucho tiempo en el sistema de justicia que se imparte en nuestro país. Sin embargo, no todo es culpa de las fallas o desaciertos que tiene el sistema de justicia mexicano, también hay que hacer hincapié en aquellos aspectos en los que hemos fallado como sociedad para que hoy, consideremos como algo “normal” el hecho de que haya un incremento de mujeres que son violentadas y asesinadas por la única razón de ser mujeres.
Es tiempo de quitarnos la venda de los ojos, no es normal que cada día haya nuevos casos de mujeres desaparecidas, no está bien que desde hace tiempo consideremos como algo “normal” todos esos casos que día a día nos reportan las autoridades sobre mujeres encontradas muertas y que fueron víctimas de feminicidio y mucho menos es correcto que no se vayan a condenar todos estos más de 244 casos de feminicidios que según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública van hasta el día de hoy solo en lo que va de este año.
Casos que se han presentado en los últimos días como el de Angie Michelle en el que hay 6 presuntos detenidos y el de Gardenia y Dayan (mamá e hija respectivamente) en el que también hubo sospechosos, el de Guillermina Rubín, mujer cuyo cuerpo fue desmembrado, Marisol Lobato, mujer que había sido reportada desaparecida y fue hallada sin vida, han servido para darnos cuenta de que a pesar de la lucha constante que mantiene gran parte de la sociedad mexicana para que esta situación cambie, aún persiste la inseguridad, el riesgo latente de que ninguna mujer es inmune a ser víctima de alguna situación de violencia, pero también persiste esa incertidumbre de que si se podrán esclarecer algún día todos estos casos de feminicidios que se siguen multiplicando.
Solo queda la ligera esperanza de que nuestras autoridades realmente tomen cartas en este asunto llamado FEMINICIDIOS, de que finalmente se tomen acciones al respecto para lograr castigar y sancionar a los autores de todos estos crímenes y que pongan manos a la obra con verdaderas estrategias que combatan esta problemática que se ha convertido en un cáncer para la sociedad. Ya es tiempo de que las mujeres puedan salir a las calles sin tener miedo a no regresar a sus hogares porque alguna situación de violencia se los impida, es momento de que sean escuchadas todas esas peticiones que hacen los colectivos y movimientos que tienen un fin común, lograr seguridad para todas las mujeres. Es tiempo de darnos cuenta que cada mujer víctima por feminicidio no es solo un número, todas tenían un nombre y lo menos que se puede hacer por ellas, es que los culpables, sean sancionados, porque definitivamente esto no se trata de otra cifra más.
