
En estos últimos meses hemos sido testigos de las consecuencias que ha dejado el COVID-19, entre las más graves se encuentran los miles de empleos que se han perdido a causa del cierre forzoso temporal o permanente de diversos establecimientos que se han visto afectados económicamente.
Esta problemática de desempleo masivo ha ocurrido en casi todos los países que se han visto afectados por esta pandemia, y es que todos los sectores han tenido afectaciones desde la rama industrial y automotriz hasta el comercio informal, aunque algunos solo han tenido pérdidas económicas leves, otros como el sector restaurantero tardarán según los expertos hasta dos años en recuperarse de esta crisis que están sufriendo a causa del cierre de sus negocios.
Este desempleo masivo ha tenido altos índices de percepción principalmente en Latinoamérica, y específicamente en países como Argentina, Brasil, Chile y México, el porcentaje de personas desempleadas ha sido de los más altos en los últimos 10 años según reportajes que han salido en el transcurso de esta semana por diversos medios como CNN NEWS. Para ejemplificar esta situación en Brasil que es el país con cifras más altas de desempleo por COVID-19, un 12,3% de personas han quedado sin trabajo, lo que se traduce a casi 8 millones de brasileños desempleados.
En México, no es la excepción, aunque según los informes oficiales solo hay un 4,2% de desempleo en México desde que inició la pandemia, no son las cifras totales de personas que han perdido su fuente principal de trabajo. Hay que considerar también a ese sector de población que se dedica al comercio informal, como los puestos ambulantes, que sin duda han resultado sumamente afectados económicamente y por ende han tenido que cerrar y han dejado de percibir ingresos.
Y aunado a lo anteriormente mencionado, los pocos establecimientos que no cerraron también han tenido pérdidas económicas significativas debido a que sus ventas han disminuido de manera considerable, por lo que han tenido que hacer recortes en su plantilla laboral, contribuyendo a que los porcentajes de desempleados crezcan diariamente.
Solo queda, continuar en la espera de que la cifra de contagios disminuya, para que muchos sectores, como el restaurantero, puedan abrir de nuevo sus puertas, solo que en lo que dura esa espera, será definitivamente necesario que se otorgue algún apoyo por parte de los gobiernos de estos países, porque los sectores cada día tienen más pérdidas económicas de las que difícilmente saldrán adelante sin ayuda externa. Así como también serán necesarias verdaderas políticas públicas que ayuden a todas estas personas que han quedado desempleadas a causa del COVID-19, a todas estas familias que se han quedado sin los ingresos que tenían y que difícilmente podrán recuperarse de la difícil situación económica que están viviendo.