La pandemia que estamos viviendo los mexicanos y el resto del mundo ha permitido que podamos visualizar las dos caras de la moneda: en primer lugar, que en todo el mundo existe una crisis en el sector médico y en segundo lugar, una situación llamada irresponsabilidad social por parte de un gran número de la población.
Y es que, esta segunda problemática en nuestro país ha sido pieza fundamental para que los contagios del Coronavirus se propaguen rápidamente. Gran parte de la población en el país ha dejado en claro que las condiciones económicas que viven hacen imposible llevar a cabo un confinamiento total, pero esto no debiera ser una excusa para no ser responsables con nuestra sociedad y llevar a cabo las prácticas de prevención.
Hoy en día, a pesar del gran número de contagios que ha habido en esta última semana en nuestro estado y en el país, aún es común ver en las calles a gran número de personas que no usan un cubre boca, cuántos de nosotros hemos tenido algún conocido o vecino que continúa realizando fiestas o reuniones, cuántas personas hemos escuchado decir que la enfermedad no es real, que solamente es un invento y que continúan saliendo a las calles sin tener necesariamente una actividad esencial. A esto me refiero con la llamada irresponsabilidad social y es grave, mucho más grave que la enfermedad en sí.
Pero esto no es exclusivo de nuestro estado o país, está presente en todo el mundo, prueba de ello es España, que hace un par de semanas se llevaba a cabo la reapertura de centros comerciales y de las playas, la gente acudía nuevamente sin las medidas de prevención, esta semana, ocurrió en al menos diecisiete provincias españolas el llamado “rebrote” del COVID-19.
¿Cuántos contagios más serán necesarios para que entendamos que hay que ser responsables socialmente? ¿Cuántas personas más deben de morir para que la gente sea consciente de que hay una enfermedad en todo el mundo? ¿De verdad debe haber un verdadero colapso del sector salud para que la población sea responsable al fin? Es momento de darnos cuenta que la verdadera problemática no es la pandemia o cualquier otra enfermedad o situación que pueda presentarse, la verdadera cuestión es que como sociedad no somos capaces de seguir las medidas adecuadas para hacer frente a las problemáticas que se presentan como una enfermedad.
Y si sumamos que tampoco se han establecido las medidas que debieran ser pertinentes por parte de las autoridades para hacer frente al COVID19, esta situación pareciera realmente no tener salida. Solo nos queda ver lo que sucederá en las próximas semanas: si como sociedad seremos capaces de ser responsables para poder superar este obstáculo llamado COVID-19 o seguiremos siendo una sociedad que definitivamente es incapaz de hacer frente a este tipo de situaciones.