Fui al medico y me dijeron que tenia salmonela, pero era coronavirus
“Nunca me dijo que había sospecha de Coronavirus; dejé pasar los días y el mal avanzaba hasta que empecé a tener dificultades para respirar”.
Javier Alexander Hernández Fernández se dedica a transportar mercancías a diversas comunidades rurales en extrema pobreza, enclavadas en la selva chiapaneca.
Con 42 años de edad, nunca pensó que iba ser portador del Covid-19 y que su vida iba a ponerse en riesgo, a pesar de que cumplió con las medidas de higiene y la sana distancia.
Reconoció que pudo ser en su centro de trabajo o en un hotel para traileros donde ‘cachó’ el virus, pues entre abril y mayo transportó su carga a Puebla, Estado de México, Veracruz y Chiapas.
Recuerda que también a la sede de la empresa transportista llegaron operadores de diversos puntos del país.
—¿Cuándo empezaste a sentir los primeros síntomas?
A finales de mayo; tengo apenas unos días de haberme integrado a mi trabajo porque estuve más de tres semanas en cuarentena.
—¿Qué pasó después?
Al sentir los síntomas de inmediato fui al doctor, quien me dijo que eran síntomas de Salmonela y me dio medicina para eso.
Nunca me dijo que había sospecha de Coronavirus, por lo que dejé pasar los días pero el mal avanzaba al grado de que empecé a tener dificultades para respirar y ahí es donde comenzó mi preocupación y volví a ver al doctor. Para ello ya habían pasado entre 10 y 12 días.
Lo que más me llamó la atención es que durante mi trayecto a la entrega de mercancías ida y vuelta, siempre mantuve la sana distancia, por lo que lo primero que pensé es que lo más seguro era un resfriado con tos y gripa común que le da a las personas.
Pero en la medida en que pasaba el tiempo el mal avanzaba y yo me sentía cada vez peor, mi salud empeoraba.
—¿Qué pasaba por tu mente?
Que en cualquier momento podría irme del mundo terrenal, y de una manera que no estaba dentro de mis planes, pero así es la vida y hay que aceptarla, aunque por momentos me desesperaba ya que estaba solo sin que nadie me atendiera.
—¿Creías en el Coronavirus?
Al principio no, era incrédulo pero en la medida en que fueron pasando las semanas y me enteraba que amigos del trabajo se contagiaban también, empecé a tomar mis precauciones a cuidarme, utilizando el cubrebocas, gel antibaterial y manteniendo la sana distancia, para que no fuera parte de las estadísticas, pero lamentablemente me tocó ser portador poniendo en riesgo mi vida.
Afortunadamente esa pesadilla ya terminó y ahora a mirar hacia adelante, a seguir trabajando, con todos los cuidados de higiene, pidiéndole a los demás que deben cuidarse porque es una enfermedad muy desgastante, que a nadie se le desea.
—¿En qué parte de Tuxtla Gutiérrez Chiapas vives?
En el fraccionamiento FSTSE de la ciudad. Tengo 42 años y afortunadamente no padezco alguna otra enfermedad, por lo que pude afrontar con todas mis energías el Covid-19 y salir adelante.
He conocido que otras personas por padecer diabetes, obesidad, hipertensión u otras enfermedades no soportan los estragos del Coronavirus y pierden la vida.
—¿Quedaste con secuelas?
No. Cuando terminé la cuarentena quedé con dolor de músculos y dificultad para respirar, pero en la medida en que pasaron los días, se me quitaron.
Pero después volví a tener problemas para respirar, fui al médico, me dio medicinas y ahora afortunadamente ya no tengo ningún síntoma.
—¿Qué les dices a quienes no creen en el Coronavirus?
Que se cuiden, que la enfermedad existe y que lamentablemente en estos días se encuentra donde sea y sino respetan las medidas sanitarias y de sana distancia, lo más seguro es que sean portadores del virus y se verán obligados a aislarse mínimo 15 días, poniendo en riesgo sus vidas y más para aquellos que padecen enfermedades crónicas.
—¿Sigues operando tu unidad de transporte a pesar de que tienes poco tiempo de haber superado el Covid-19?
Sí, el trabajo ahí está y tenemos que seguir, porque de lo contrario no hay dinero.
La enfermedad te genera gastos, muchos gastos en caso de que decidas no acudir a un hospital público. En un privado ni pensarlo, porque entonces el costo sería al doble y muchas personas que viven al día, no tendrían recursos para pagar la atención médica.
Entonces el trabajo y la vida continúan y nosotros tenemos el compromiso de seguir, porque atrás de nosotros hay personas que nos necesitan, que nos cuidan y nosotros también debemos hacer lo mismo.
—¿Entre tus compañeros, hubo quienes se hayan enfermado?
Sí. En la empresa la mayoría de los trabajadores se enfermaron y tuvieron que asilarse por tres semanas.
Pocos fueron lo que no se enfermaron, pero los que sí, recibieron el apoyo de la empresa para que estuvieran en cuarentena.
Con información de: Héctor García/Tabasco Hoy