Opinión

¿Estamos a la altura del Consejo de Seguridad de la ONU?

 

Como recordaremos, el pasado junio México celebró haber sido elegido miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el bienio 2021-2022 y precisamente el lunes 04 de enero se llevó a cabo la ceremonia protocolaria a través de videoconferencia para darle la bienvenida a los cinco nuevos integrantes de dicho órgano (Forbes, 2021).

En este sentido, considero relevante reflexionar sobre la importancia y trascendencia de estos hechos, es decir, ¿acaso es un logro del gobierno federal?, ¿en qué nos beneficia, en términos reales, ser parte de este órgano? O mejor, ¿México está a la altura de pertenecer a este Consejo?

Por una parte, vale la pena mencionar que este órgano fue creado en 1945 derivado de la Carta de las Naciones Unidas, documento que dio vida a la ONU, y su propósito es simple, pero a la vez sumamente complejo: Mantener la paz y seguridad internacionales.

De igual manera, no podemos perder de vista un elemento sustantivo del Consejo: su conformación. Esto es importante porque se dividen en miembros permanentes y no permanentes. Los primeros son 5: China, Francia, la Federación de Rusia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América (ONU, 1945). Los segundos son 10, los elige la Asamblea General con mayoría de dos tercios y su periodo de actividades es de dos años.

Por otra parte, un factor que también debe analizarse es la agenda que trabajará e implementará la delegación mexicana como miembro del Consejo de Seguridad. Para esto, el embajador de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente (Milenio, 2021), explicó que manejarán una agenda con 7 líneas de acción:

1) Impulsar el control de armas ilícitas; 2) Preservar la dignidad de las personas; 3) Privilegiar la mediación; 4) Proteger a los civiles en conflictos armados; 5) Defender el estado de derecho; 6) Incorporar una perspectiva de género, y; 7) Mejorar los métodos burocráticos del propio consejo (Milenio, 2021).

Sin lugar a duda, esta agenda tiene potencial y ojalá tenga un impacto positivo no solamente en nuestro país, sino en todo el mundo.

En suma, podemos concluir dos cosas. La primera es que obtener un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU no es un logro del gobierno federal per se dado que se requiere la aprobación de más de dos tercios de la Asamblea General y no solo el apoyo del gobierno que se represente.

La segunda es que si bien es cierto que con este asiento no se resolverá la crisis de inseguridad en nuestro país, si lo es que representa una gran oportunidad para reforzar la política de seguridad del gobierno federal, específicamente con el “tráfico ilícito de las denominadas armas pequeñas y ligeras, que ni son tan pequeñas ni son tan ligeras, y que matan más gente en el mundo que las nucleares” (De la Fuente, 2021).

Para finalizar, considero que la agenda de la delegación mexicana sí está a la altura del Consejo porque engloba una visión integral. Ahora bien, si se quieren cumplir todas las metas establecidas, considero que todos debemos trabajar con responsabilidad y en unidad independientemente de nuestra postura política y/o ideológica dado que estamos hablando de seguridad internacional, un tema que nos concierne a todos.

 

¿Y usted qué opina?

 

 

 

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