Este primero de diciembre se conmemoró el Día Mundial del SIDA, siendo tendencia en redes sociales el WORLD AIDS DAY, destacaba también en varias notas, entre ellas por parte de la ONU, el tema de no olvidar, aunque haya una pandemia a nivel mundial, que hay miles de personas en el mundo luchando contra otras enfermedades como es el caso de las personas enfermas de SIDA. Sin embargo, algo que llama la atención es el hecho de que todavía hay estigmas y discriminación para las personas que día a día luchan contra esta enfermedad. La cuestión es que aún y con los avances médicos que se han logrado en cuanto a esta enfermedad, lamentablemente todavía existen demasiadas creencias negativas sobre las personas que viven con el VIH. Muchas personas continúan incurriendo en tener prejuicios en cuanto identifican a una persona que tiene VIH. Esto es tener estigmas para con las personas que viven con VIH.
Por otro lado, la discriminación consiste en dar un trato diferente a las personas que tienen VIH que a las que no lo tienen. Y aunque pareciera que esto ya no sucede, todavía muchas personas se niegan a brindar algún tipo de servicio cuando saben que la otra persona tiene VIH, muchas familias o grupos sociales aíslan a sus miembros cuando su resultado al VIH es positivo, se refieren a ellos de manera discriminatoria al llamarlos “sidosos” e incluso los despiden u obligan a renunciar a su trabajo por tener VIH.
Lo anteriormente expuesto nos señala que tristemente, la discriminación también ocurre por tener una enfermedad con la que algunos sectores de la población aún “no están tan familiarizados”. Esta situación la podemos ver también para con las personas que al día de hoy se han contagiado de COVID-19, y es que si bien, ya es difícil lidiar físicamente con lo que representa cualquier tipo de enfermedad, el adicionar la afectación emocional que se genera como consecuencia de los estigmas y discriminación de las demás personas hace aún más difícil el asimilar y superar la enfermedad.
Tenemos que tener presente que cualquier tipo de enfermedad afecta la salud, pero el hecho de discriminar a una persona por el hecho de estar enferma, afecta su dignidad humana, tenemos que ser conscientes que este tipo de actitudes si bien, vulneran emocionalmente a los afectados, también vulneran sus derechos fundamentales, como lo es al gozar de una vida digna y plena y libre de cualquier tipo de discriminación. Pero el mayor enemigo al que se debe vencer es al miedo y a la ignorancia, pareciera difícil de creer, pero todavía en pleno año 2020, un alto sector poblacional sigue con las creencias erróneas que existían a principios de los años ochenta sobre la transmisión de las ITS. Debemos agregar también que la falta de información y de concientización de la población para con cualquier tipo de enfermedad que desconocen conllevan a violentar ya sea física o verbalmente a quienes padecen alguna afectación de este tipo.
La Comisión de Derechos Humanos en nuestro país, emitió una cartilla que establece los derechos de las personas que viven con VIH o SIDA, pero es en este sentido que me permito hacer esta observación, vivimos en un país cuya Constitución en su Artículo primero establece que todos los derechos que se mencionan en la misma, son para todas y todos, pero lamentablemente el anterior enunciado que además es un derecho fundamental, aún no es una realidad y nuestros legisladores derivado de las necesidades que tienen ciertos sectores poblacionales como lo es la No Discriminación, tienen que emitir estas cartillas de Derechos. Quienes tenemos la necesidad de cambiar también somos el resto de la población, aún prevalecen las ideas retrógradas y esas, ya no tienen razón de ser, es un hecho que las enfermedades seguirán existiendo, no solo el VIH o el COVID-19, pero lo que ya no debe existir es la discriminación por padecer algún tipo de enfermedad.
