Opinión

AMLO en la Casa Blanca: implicaciones internas, bilaterales e internacionales

Por Ana Isela Hernández Severiano.

Unos meses atrás, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, presagiaba un encuentro en los días venideros con su homólogo, Donald Trump, de los Estados Unidos, encuentro que se confirmó a finales de junio anunciando que sería la primera visita oficial al extranjero desde que el mandatario tabasqueño llegó al poder en 2018.

El miércoles 8 de julio las redes y los medios de comunicación se inundaron con la cobertura de la llegada de AMLO a la Casa Blanca. En medio de algunas conglomeraciones de mexicanos que cantaban el Cielito Lindo con banderas y carteles en las calles de Washington D. C., arribaron el presidente y algunos miembros de su gabinete como el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y la Secretaria de Economía, Graciela Márquez (mediante un vuelo comercial, como es costumbre en esta administración) para lo que más que una visita de Estado, fue un mero acto simbólico.

Días previos a la reunión la opinión pública se dividió en relación a la conveniencia de la misma, ya que el motivo principal ha sido adjudicado a la entrada en vigor del T-MEC el pasado 1ro. de julio, tratado de libre comercio que sustituye al TLCAN de 1994 y que promete dar a México el pase de entrada a la modernización, sin embargo, las condiciones en las que este encuentro se suscita han sido un riesgo en términos políticos.

Evaluando un poco la forma y los protocolos realizados en la visita, se puede ver que actividades como la ofrenda floral a Lincoln y el homenaje al monumento de Juárez seguramente hicieron aflorar los sentimientos de identidad de uno que otro mexicano, allá como acá. Ya en la residencia presidencial, un atento recibimiento, con las medidas sanitarias pertinentes en medio de una pandemia, una decoración sobria y equilibrada con símbolos patrios de ambos países así como una moderada cantidad de asistentes sin duda logró crear un ambiente adecuado para el mensaje bilateral que pretendía emitirse.

 

 

El complicado contexto: COVID-19 y el proceso electoral estadounidense

En cuestiones de fondo, es importante recordar que EEUU se encuentra en medio de un proceso electoral bastante complicado. Si hay algo en común entre los presidentes de EEUU y México es que ambos han sido señalados por su mala gestión de la crisis sanitaria creada por la pandemia de COVID-19, que en el caso de EEUU (el país más afectado por la misma), le ha costado popularidad a Trump y desventaja en las predicciones de su posible reelección. Fue un riesgo realizar una visita de este tipo en medio de la crisis sanitaria actual por COVID-19, pese a que el mandatario mexicano se sometió a una prueba antes de salir del país y una más tras ingresar a EEUU y que él y sus acompañantes usaron la protección pertinente durante el vuelo. Esto no suma precisamente a solucionar la cuestión descrita arriba.

Otro de los riesgos es que la visita de AMLO a la Casa Blanca en este contexto podría ser interpretada como un apoyo tácito al aparato gubernamental de EEUU en su composición actual, y por ende, a su renovación. En su momento AMLO declaró que su visita nada tenía que ver con cuestiones políticas, pero el contenido de su discurso no le favoreció para reafirmar este punto. Quizá el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau se percató del riesgo que conlleva una visita gubernamental a EEUU en este momento y por ello declinó la oferta de asistir al encuentro y se limitó a expresar por teléfono su buena voluntad hacia el T-MEC así como hacia lo que este representa.

 

La jornada: las intenciones detrás de los discursos y el gran mensaje

El discurso del presidente mexicano (que dobló el tiempo del emitido por Trump) y que comenzó por destacar la importancia de las relaciones bilaterales y sus retos, pasando por reconocer el valor del accionar mexicano en EEUU para finalizar con una semblanza histórica en sustento a sus argumentos y que casi roza el límite de lo innecesario, verdaderamente emitió un mensaje que se puede catalogar incluso como pasivo-agresivo acerca del respeto a la soberanía mexicana y la dignidad como nación. Expertos del análisis discursivo quizá dirán que un grito emblemático como los tres “Viva México” en un recinto como la Casa Blanca es un mensaje simbólico de liberación y presencia. Y quizá lo es.

Pero la disertación también estuvo llena de afirmaciones para resaltar las excelentes condiciones en las que se encuentra la amistad entre ambos países, así como de elogios por parte de AMLO hacia Donald Trump, a quien en 2017 llamó “inhumano” por sus intenciones de levantar un muro en la frontera, y ahora agradeció su “comprensión y respeto” así como el trato hacia México como “un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano”, algo que para muchos dista enormemente de la realidad.

Sobre las declaraciones de Donald Trump, se puede decir que cambió drásticamente su dialéctica xenófoba característica desde 2016 hacia los latinos, y se limitó a enfatizar que “la relación con México hoy es más estrecha que nunca”, el honor que le brindaba recibir a AMLO en la Casa Blanca y su empatía hacia él, incluso al nombrarlo “el mejor presidente que ha tenido México”.

El mensaje emitido por Donald Trump, claramente se puede traducir en la búsqueda de obtener el voto hispano para subsanar el decremento de su popularidad entre los votantes. Joe Biden, contrincante de Trump en las elecciones no tardó en pronunciarse al respecto señalando el racismo que el actual presidente ha promovido desde un principio y lanzando un dardo clave acerca de la dignificación del sistema migratorio si el demócrata gana la contienda.

El acontecimiento del miércoles pasado puede obtener el efecto deseado para el mandatario estadounidense, o bien podría resultar contraproducente y afectar por el lado de las elites cuya lealtad ha radicado en sus políticas hacia las comunidades latinas. Pero justo eso, sus políticas y acciones, que pesan más que cualquier discurso, son las que hacen de la segunda probabilidad algo muy remoto.

Resulta evidente pensar que los temas a tratar en la visita fueron cuidadosamente pre-seleccionados para evitar tocar cualquier tópico sensible que pudiera desatar un tono conflictivo en la conversación (nuevamente, porque la visita se trataba de algo meramente simbólico), y se puede notar en que no se habló a profundidad de temas como seguridad o migración.

De la cena con autoridades, diplomáticos y empresarios de ambos países al finalizar la jornada, en la que se intercambiaron agradecimientos, compromisos y anuncios de inversión, hay que rescatar que la presencia del sector empresarial, representado por personalidades tan importantes en los negocios como Carlos Slim o Ricardo Salinas Pliego, entre otros, habla del peso y compromiso de los empresarios mexicanos en hacer cumplir los términos del nuevo tratado y ratifica la importancia de los acuerdos comerciales establecidos, en cuya construcción el sector gubernamental y también la iniciativa privada tuvieron a bien contribuir.

 

Implicaciones externas

Hay que contemplar que para las relaciones internacionales, la diplomacia y los protocolos tienen un peso político importante, el mensaje de una fuerte unión entre México y EEUU influye en otros socios comerciales que se encuentran en importantes procesos de cooperación como la Unión Europea o China (quienes mantienen una relación controversial en términos comerciales sobre todo con EEUU por la implementación de aranceles o por la Guerra Comercial, respectivamente), en el caso de ambos países. Todo lo anterior aunado al mensaje que entrega, en términos de prioridad, el hecho de que AMLO seleccionara la Casa Blanca como su primera visita oficial al exterior.

Además, Trump nunca pierde oportunidad de demostrar su desdén hacia China, y en esta ocasión lo hizo al mencionar que el T-MEC era más importante para EEUU que el acuerdo comercial que se encuentra en discusión con el país asiático, sin temor a las repercusiones que el comentario puede traer al respecto.

 

El T-MEC y la nueva era para América del Norte

Aterrizando en la realidad, el futuro de las relaciones entre México, EEUU y Canadá (al que no se puede dejar a un lado) radica en el texto del nuevo T-MEC, que a grandes rasgos establece importantes regulaciones y mejoras en temas relativos al comercio, la inversión y la propiedad intelectual, como las operaciones aduaneras, el comercio electrónico, la industria automotriz, fármacos, telecomunicaciones, mejores condiciones laborales, etc. prometiendo un avance comercial significativo para México, pero que también trae consigo riesgos importantes por la clara desventaja en términos de desarrollo frente a sus socios. Por mencionar un ejemplo, existe el riesgo que implica para la industria mexicana el requisito de que todo vehículo que se fabrique en lugares que tienen acceso a acero estadounidense libre de impuestos (es decir, fábricas en México) deberá tener un mayor contenido de partes de EEUU, algo que Jorge Castañeda ya había rescatado hace unos meses.

El comunicado firmado por ambas partes durante la visita recaba lo vertido en los discursos acerca de la fortaleza de la asociación, reafirma el compromiso de colaboración para enfrentar la pandemia de COVID-19, la certeza económica que se busca, la lucha contra la corrupción y la promesa para las PyMEs cuando menciona a trabajadores, agricultores, ingenieros y empresarios como la columna vertebral de las economías. ¿Qué implica todo esto? Un mensaje claro a la comunidad internacional sobre la unidad de América del Norte como bloque y su peso como actor regional en tiempos venideros a través de la cooperación fortalecida.

 

Interpretaciones desde México

La visita de AMLO a la Casa Blanca ha tenido resultados diversos. A través de los comentarios en redes sociales, se aprecia que para algunos mexicanos el presidente dejó clara la buena voluntad de México hacia su amistad con EEUU y su disposición para cooperar, pero únicamente desde el respeto a la soberanía, independencia e integridad nacional, lo que acrecentó y dignificó la identidad tanto en territorio nacional como para los ciudadanos mexicanos que viven en EEUU, y por ende logró que muchos empaticen más con él; para otros su voz no fue si no la aprobación y asimilación de otro episodio de dominación norteamericana a través de un tratado comercial que pudo ser mucho mejor para México, la voz del sujeto que elogia y aprueba todo para caer bien y llevar la fiesta en paz, aunque la realidad es mucho más compleja.

En conclusión, este artículo ha intentado resaltar los aspectos positivos y negativos, así como los posibles efectos del hecho que ha protagonizado las conversaciones políticas en nuestro país esta semana. Habrá que observar detenidamente los próximos acontecimientos relacionados a estos países vecinos y sus dirigentes: estas dos personalidades que han cimentado sus carreras fuertemente en el populismo.

 

 

El 1NSURGENTE MX

1NSURGENTE MX ™ es un medio de comunicación nacido de la urgencia de difundir información relevante, objetiva y verídica en una década donde las tecnologías de la información y la comunicación ya no son opción, sino forma de vida.

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Back to top button